ESTAS MUJERES, JUNTO A MUCHAS OTRAS, CON DIFERENTES LANAS Y PUNTOS TEJIERON UNA GRAN BUFANDA ROSADA, QUE REPRESENTA EN CIERTO MODO LAS DIVERSAS HISTORIAS VIVIDAS Y QUE LAS ENVUELVE Y CUBRE CON UN MANTO DE VIDA Y ESPERANZA

Beatriz

Joven, con unos ojos que hablan y una vida llena de colores y amor; nos muestra las dos caras de cómo vivió el cáncer: la del miedo y la del soporte y compañía.

 

Carmen

Viuda, madre y abuela, se enfermó luego de vivir experiencias dolorosas duraderas y se abrazó a una pasión que disfruta a pleno.

 

Ximena

Le agradece al cáncer, lo abraza, porque le enseñó a dejar de lado lo negativo, lo que no aporta a su vida, convirtiéndola en una mujer más feliz.

Catalina

Esposa, madre de cuatro, a quien su familia, sus libros y su fe la impulsaron a sobrellevar la enfermedad con valor.

 

Gabriela

La de ojitos muy claros, coqueta y conversadora, se animó a revivir en imágenes lo que parar otras ha sido su peor momento. 

Valeria

Joven madre, médica de profesión, nos muestra que no solo hay vida después del cáncer, sino que se puede generar una vida nueva, exhibiendo con orgullo su embarazo y su hija recién nacida.

 

Elizabeth

Solidaria, inquieta, multifacética, demostró que no tiene tiempo para su cáncer y lo echó dos veces, pero sí está dispuesta a ocuparse de otros.

Cecilia

Una de las más jóvenes del grupo, se refugió en el amor incondicional para resurgir con un valor increíble, dispuesta a extraer la mejor experiencia de vida. 

 

Laura

Y su variada colección de pañuelos, con una increíble destreza para acomodarlos de modo de quedar hermosa para suplir la falta de cabello, le agradece a su hijo, quien le dio el valor para decirle al cáncer que no.

Yvana

Madre y abuela, entusiasta como pocas, se dio cuenta de su resiliencia y emergió del cáncer con un valor que desconocía, decidida a ser arquitecta de su propia vida.

Olga

Se encontró con el cáncer luego de una grande y dolorosa pérdida que la sumergió en la depresión. Anduvo el camino y lo transita rodeada de amor, con actitud positiva, habiendo creado una mejor versión de sí misma.

 

Patricia

Desde su primera cirugía quiso ser la lo que a ella le faltó: una referente viva, y siente que tuvo que construirse una nueva vida, diferente y en muchos aspectos mejor.

Silvia

Viuda, con sus setenta años, nos cuenta que decidió retomar asignaturas pendientes, terminó el liceo y celebra cada logro, además de acompañar a la murga de sus amores en cuanto viaje por el mundo pueda.